Trucos para un mejor bronceado
Trucos para un mejor bronceado. Más bonito y saludable
Disfrutar la vida sin maltratar tu piel
Tiempo de playa, jugar en la costa y tomar el sol: ¿qué puede ser más bonito que un bronceado perfecto y una piel ambarina sana y bien nutrida? Si para algunas personas alcanzar este resultado es más fácil, para muchas otras es una verdadera carrera de obstáculos.
En primer lugar, es realmente importante preparar bien la piel para recibir los rayos del sol, a fin de evitar las molestas (y antiestéticas) quemaduras solares o incluso las peligrosas. Además, hay que tener paciencia: no basta con unas pocas horas para conseguir una tez bonita y con color de sol. No dejes de leer nuestros trucos para un mejor bronceado.
Trucos para un bronceado perfecto
Afortunadamente, hay algunos trucos que pueden ayudarnos a conseguir un bronceado perfecto antes del final de las vacaciones, sin poner en peligro la salud de nuestra piel.
Preparar la piel para el bronceado
El primer paso para un bronceado perfecto, es preparar la piel con antelación. Los rayos del sol suelen tener consecuencias desagradables, como la sequedad y el enrojecimiento. Y como venimos de la temporada de frío, que ya ha puesto a prueba nuestra piel, necesitamos "mimarla" un poco antes de someterla a un nuevo estrés.
Además de la rutina de belleza diaria, es bueno añadir una exfoliación a fondo para permitir la renovación celular. Para la cara podemos elegir un exfoliante suave, mientras que para el cuerpo tenemos la luz verde para exfoliar.
Una vez exfoliada la piel, es importante hidratarla y nutrirla en profundidad. Podemos optar por cremas a base de ácido hialurónico, vitamina E y antioxidantes, que ayudan a revitalizar la piel, protegiéndola de las manchas oscuras y de las pequeñas arrugas, muy comunes cuando se expone al sol.
También existen en el mercado suplementos solares para la piel, que activan la melanina, el pigmento que da color a nuestra piel, y facilitan el bronceado.
Dieta para un mejor bronceado
Hay ciertos alimentos que protegen la piel y otros que estimulan la síntesis de melanina, acelerando el proceso de bronceado.
En particular, podemos encontrar ayuda en los alimentos ricos en betacaroteno, como las zanahorias, albaricoques, tomates, melones, espárragos y las verduras de hoja verde. La fruta y la verdura también son esenciales para una correcta hidratación, sin olvidar la importancia de beber al menos 2 litros de agua al día.
Usa buenos productos
Nuestra arma más importante es la protección solar: se trata de productos que contienen filtros capaces de repeler los rayos ultravioleta, reduciendo así el riesgo de tener problemas en la piel al tomar el sol. A la hora de elegir el producto adecuado para nuestra piel, debemos prestar atención al FPS (factor de protección solar).
Hay cuatro tipos -bajo, medio, alto y muy alto- y para saber cuál es el más adecuado debemos consultar nuestro fototipo. Cuanto más clara sea la tez, mayor debe ser la protección.
Las gafas de sol también son una buena forma de combatir los daños del sol
Lo mejor es elegir las que tienen lentes con una protección mínima del 99%. También es importante recordar que incluso en la sombra uno es alcanzado por los rayos ultravioleta, aunque en menor cantidad. Por lo tanto, las precauciones mencionadas anteriormente deben tomarse incluso si no se está expuesto directamente al sol.
Cremas solares
Suelen tener un mayor poder de protección. Son ideales para quienes se exponen a los rayos del sol por primera vez o para quienes tienen la piel delicada (como los niños y los ancianos).
El spray solar
Más cómodo de usar e igualmente protector. Su textura es mucho más ligera, por lo que es más fácil extender el producto por grandes zonas del cuerpo. Se utiliza principalmente para las piernas, los brazos y la espalda, mientras que no se recomienda para la cara: podría entrar en los ojos e irritarlos.
Aceite solar
El aceite solar tiene una textura fácil de extender que crea una fina capa sobre el cuerpo, aportando brillo e hidratación. Capta muy bien los rayos del sol. Es recomendable para quienes quieren acelerar su bronceado.
No debe ser utilizado por quienes tienen la piel muy clara (especialmente en los primeros días de exposición) y por los niños. No se recomienda a quienes tienen la piel grasa o con tendencia al acné. Para las personas que ya están bronceadas, una excelente opción es el aceite solar de baja protección con aloe vera de acción emoliente y calmante.
¿Cómo mantener el bronceado?
Puedes utilizar productos de bronceado que te ayuden a tener resultados más uniformes e intensos
Entonces es más importante que nunca hidratar y nutrir a fondo la piel para que esté más brillante y sana. Después de cada exposición, es esencial ducharse con agua no demasiado caliente, que corre el riesgo de resecar la piel, utilizando limpiadores suaves.
Después de la ducha, es útil extender cuidadosamente un producto calmante para después del sol, masajeando hasta su completa absorción.
Alivia los efectos negativos del sol en la piel, y es perfecto para las quemaduras solares leves, gracias a su acción emoliente.
Una vez a la semana, se puede realizar una exfoliación suave para eliminar las células muertas de la piel, de modo que quede uniforme y radiante. Al contrario de lo que mucha gente cree, la exfoliación no elimina el bronceado, sino que lo hace aún más intenso. Por último, durante un tiempo, es mejor prescindir de los perfumes y otros productos a base de alcohol, que reseca la piel y la hacen propensa a la descamación. Algo muy importante dentro de los trucos para un mejor bronceado.
Las fórmulas más suaves son útiles para la cara, especialmente para la nariz y el área de los ojos. También existen en el mercado barritas de alta protección que pueden utilizarse para cubrir cicatrices, cuando la piel es extremadamente sensible. Igualmente pueden utilizarse para lunares y tatuajes.
Otros consejos
La protección solar es importante no sólo para la piel: otras zonas del cuerpo también necesitan atención cuando se trata de la exposición al sol.
Resulta fundamental cuidar el cabello, que está sometido a mucho estrés bajo el sol.
De hecho, una exposición excesiva hace que sus bulbos sean más frágiles, acelerando su caída, y abre sus escamas, dando lugar a ese antiestético efecto encrespado que es muy común en verano.
Durante el día, se pueden utilizar sprays solares para proteger el cuero cabelludo de los daños causados por los rayos UV.
Por la noche, tras un lavado a fondo con champús de fórmula emoliente, puedes optar por mascarillas o compresas ricas en antioxidantes y aceites vegetales, que fortalecen los bulbos y reparan los tallos.
CUIDANDO LA PIEL
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